El presidente del gobierno español y su rival del PP volverán a verse hoy las caras ante las cámaras, en un contexto de máxima bipolarización y con ventaja para los socialistas. La amplia franja de indecisos, el récord de audiencia del primer debate y la ausencia de un claro favorito, convirtieron la cita en un suceso. (TELAM)
El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y su rival Mariano Rajoy, afrontarán este lunes el segundo y último duelo televisivo de la campaña electoral de España, en un contexto de máxima bipolarización y con ventaja para los socialistas.
Los dos “cara a cara” televisivos, sin precedentes en los últimos 15 años durante las campañas electorales de España, elevaron la percepción de que los comicios del 9 de marzo son una cuestión entre dos, Zapatero y Rajoy, y todo lo demás, es accesorio.
La amplia franja de indecisos, el récord de audiencia del primer debate -13 millones espectadores- y la ausencia de un claro favorito, a pesar de que los socialistas se despegaron en las encuestas, convirtieron la cita del lunes en un hito electoral.
Esto porque en unas elecciones que se presentan tan parejas, mientras los tradicionales mítines sirven para animar a los propios militantes, la televisión es hoy más que nunca el talismán que puede atraer a los indecisos y provocar la movilización.
Según las últimas encuestas publicadas este domingo y teniendo en cuenta que el primer debate televisivo lo ganó Zapatero, el candidato del gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE) parte con ventaja sobre su rival del Partido Popular (PP).
En la víspera del último debate, el PSOE aventaja al PP por entre 6 y 2 puntos, de acuerdo con las diferentes encuestas realizadas por el Instituto Opina para Cadena Ser (44% a 38%), Metroscopia para el diario El País (42,9% a 38,8%), y DYM para el diario ABC (42% a 40%).
Además, la tensa campaña electoral, que ha potenciado el efecto bipartidista, parece haber despertado a la ciudadanía, ya que la participación podría llegar hasta un 75%, de acuerdo con los datos más alentadores.
La campaña electoral comenzó el pasado 22 de febrero con el PSOE y PP igualados, pero el aumento de la brecha electoral a favor de los socialistas confirmaría que Zapatero está logrando su objetivo de movilizar el “voto útil” contra el PP, en detrimento de la tercera fuerza, Izquierda Unida (IU), y los partidos nacionalistas.
Durante el primer debate, el 23 de febrero, el mayor rédito de Zapatero fue recordar a los españoles, al parecer con éxito, que el PP, un partido que en los últimos cuatro años estuvo anclado en la mentira y la crispación, puede volver al poder si ellos no votan masivamente el 9 de marzo.
Zapatero logró identificar a Rajoy con su pasado como ministro del gobierno de José María Aznar y, por lo tanto, responsable también de la participación de España en la guerra de Irak y de las mentiras sobre el atentado del 11 de marzo de 2004.
Manteniendo un perfil moderado, el presidente del gobierno se reforzó en su posición, porque sólo ganó algunos puntos, ya que su discurso, basado en cifras y datos macroeconómicos, no convenció demasiado.
No obstante, contrastó con un candidato opositor rancio, que como golpe bajo lo acusó de haber agredido a las víctimas del terrorismo.
Rajoy logró uno de sus principales objetivos, que era mantener movilizado a su fiel electorado, que incluso parece inmune a los debates televisivos.
El candidato del PP habló con rigidez, identificó inmigración con delincuencia, y sacó a relucir su perfil patriótico y autoritario.
Su estrategia, como reveló recientemente su secretario de comunicación, Gabriel Elorriaga, en una entrevista con el Financial Times, es “desmotivar” al potencial votante de izquierda que apoyaría a los socialistas pero que está preocupado por la situación económica, la inmigración y los conflictos con los nacionalismos regionales.
No obstante, tras el primer duelo televisivo, Rajoy no parece haber logrado más que reforzarse entre los que ya estaban convencidos. Ante las cámaras de televisión mantuvo principalmente una estrategia de “consumo interno”, que lejos de apuntar al centro del electorado reforzó el ala derecha.
El PSOE quiere ganar con una mayoría que le permita gobernar sin condicionamientos, es por eso que el contexto de bipolarización amplia sus posibilidades.
Con una abstención inferior al 30%, los socialistas podrían revalidar su victoria, aunque fuera por un estrecho margen, pero con una abstención superior, crecen las opciones de Rajoy.
El miedo a la abstención es intenso en Cataluña, bastión de los socialistas, donde la campaña del partido gobernante es muy clara: “Si tu no hi vas, ells tornen” (Si tu no vas, ellos vuelven).
No obstante, la encuesta publicada este domingo por El País indica que los socialistas no tendrían problemas para mantener su hegemonía en la comunidad que más aporta -18%- al PBI de España.
En este punto, todas las miradas están puestas en el segundo “cara a cara” televisivo que enfrentará este lunes a Rajoy y Zapatero a las 21 hora local (19 de Argentina).
El primer choque, que fue más bien una exposición de monólogos, estuvo centrado en la economía, la inmigración y la política antiterrorista hacia la organización separatista vasca ETA.
Para los socialistas, la principal virtud del debate es que tiene capacidad de movilización, mientras el PP cree que Rajoy tendrá la oportunidad de desmotivar aún más a los socialistas desencantados.
Pero con los socialistas afianzados, lo único que le sirve al candidato del PP es un golpe de efecto que le permita dar vuelta las encuestas.
Debate Presidencial Zapatero - Rajoy
lunes, 3 de marzo de 2008
Publicado por Jovenes Partido de la Victoria Salta